El conjunto de Santa María de Melque, situado en el término municipal de San Martín de Montalbán (Toledo), fue construido entre finales del siglo VII y principios del siglo VIII. El conjunto formaba parte de un gran monasterio rural, en un territorio estratégico y fértil, dotado de agua, pastos y rutas de cañadas.
La iglesia, levantada con grandes sillares de granito y con una planta cruciforme, ocupaba el centro del recinto. A su alrededor se distribuían las dependencias monásticas: celdas, almacenes, zonas de trabajo, patios y muros defensivos, como revelan las excavaciones arqueológicas.
Este complejo monumental fue posiblemente construido como panteón para un alto personaje del reino, y al mismo tiempo funcionó como motor económico del entorno, basado en la agricultura, la ganadería y el control de la trashumancia. Su monumentalidad lo convierte en un caso excepcional en el arte visigodo peninsular.

